Ni el rector, ni los profes, ni las calificaciones lograron detenerlo. Perdió seis materias, lleva el uniforme como si fuera diseñador de moda callejera, y aun así da consejos sobre cómo estudiar mejor. ¿Contradicción? No. Cotidianidad en el colegio, la versión versión más autentica de un estudiante.
En el Colegio Nueva Colombia I.E.D., hay estudiantes que parecen salidos de una historia escrita por el algoritmo de TikTok: sacos de colores, camisa fuera del pantalón y tenis de colores que desafían cualquier manual escolar. Su estilo dice “libertad”, pero sus notas… dicen otra cosa.
En el patio hay espacios para todos los estudiantes, mientras otros se estresan con los promedios, algúnos prefieren filosofar entre descanso y descanso: “Si no apruebas hoy, aprendes mañana. Pero aprendes”.
Poco a poco el patio se va consolidando como el espacio informal donde los estudiantes se exprean sin ningún tabú, con originalidad, alegría y espontaneidad.
Entre carcajadas, ironías y una honestidad brutal, este grupo de jóvenes le recuerda a todos que la educación también se vive con autenticidad. Que el uniforme no define la disciplina, ni las notas definen el talento.
Porque al final, este estudiante rebelde no solo desafía el código de vestuario: también reta la idea de que solo se aprende ganando. En su versión del mundo, fallar es parte del estilo, y seguir intentando… la verdadera moda escolar.
Y si tuviera un lema, sería tan viral como cualquier trend:
“Sé tú mismo, pero estudia. Porque repetir el año no es tan cool como parece.”










