Lo que comenzó como un especial de Halloween terminó convirtiéndose en una sesión de confesiones, teorías espirituales y testimonios inquietantes. El programa número 19 de Desde El Patio no solo habló del miedo, sino de lo que lo provoca: lo invisible, lo inexplicable, lo que muchos niegan… pero todos sienten.

 El viento soplaba diferente ese día. Quizá fue coincidencia, o quizá —como dijo uno de los estudiantes— “las energías se movieron”. En el Colegio Nueva Colombia, la cabina de Subakaneria Medios de Comunicación se transformó en un portal de historias reales que invitaron a mirar más allá del velo que separa lo visible de lo desconocido.

Durante el programa número 19 de Desde El Patio, los micrófonos captaron algo más que voces: captaron emociones, recuerdos y hasta silencios que decían mucho. Las y los estudiantes compartieron anécdotas vividas por ellos o contadas por sus familias, experiencias que rozan lo sobrenatural. Espíritus, energías, presencias y sueños que parecían advertencias, llenaron el aire de curiosidad y respeto por lo intangible.

“Mi mamá cuenta que una vez vio una sombra que la seguía en la casa donde vivíamos”, relató una de las participantes, mientras sus compañeros escuchaban entre la incredulidad y la fascinación. Otro estudiante añadió: “Yo no creo mucho en eso… pero una noche escuché que alguien me llamó por mi nombre, y estaba solo”.

El programa combinó lo académico con lo vivencial. Bajo la orientación del equipo de comunicación, los jóvenes analizaron cómo las creencias populares, los mitos urbanos y la cultura colombiana mantienen viva la idea de que no estamos solos.

Fue una jornada de reflexión y entretenimiento que trascendió lo común: hablar de miedo se volvió una forma de entender cómo el ser humano busca respuestas ante lo desconocido. Entre risas nerviosas, relatos familiares y teorías sobre energías, Desde El Patio mostró una vez más que la comunicación escolar puede ser tan profunda como la vida misma… o como aquello que no se ve, pero se siente.