Los invitamos a leer este bello relato de Tania Alvares Guillén de 1002
Amor amargo
Tú y yo estaremos parados en el entarimado, seremos el centro de atención, nos ocuparemos de entretener a las personas que ocuparán las sillas del teatro. Ellos se divertirán, mientras nosotros estaremos allí actuando, cuando detrás de aquellas máscaras se esconden vidas tristes y amargadas. Tú y yo seremos los protagonistas de una historia romántica que un pobre guionista vendió a unos cuantos pesos que apenas le alcanzan para comer. Pero… ¿Qué pasará después, cuando todo acabe? ¿Tú y yo volveremos a ser los mismos seres humanos con cuentas que mantener?
Cuando el telón baje, sonreirás como siempre y dirás “buen trabajo a todos”, luego te irás del teatro hacia tu casa y allí estará tu prometida y tú futuro hijo esperándote, pero ¿Qué hay de mí? Yo tendré que verte sonreír mientras te marchas, para luego volver a mi asquerosa vida, llena de amor no correspondido, dónde tu ausencia es lo único que noto, dónde mi única compañía son las botellas de alcohol, donde hay cenizas de lo que nunca fuimos. Porque no importa cuántas veces actuemos, ni cuántas veces bajen el telón, pues mis sentimientos seguirán siendo los mismos y sin importar el tiempo, detrás de todas las actuaciones, vestuarios o audiencia, yo seguiré interpretando a la pobre mujer con el corazón roto, porque el único hombre que ama y amará, no le corresponde.
