Reflexiones sobre ¿Cómo me gobierno y me cuido? Y ¿Cómo gobierno a los demás y cómo permito que los demás me gobiernen, o sea, cómo ayudo a los demás y cómo nos ayudamos? Por Jaime Andrés Ospina Pinzón
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¿Éticos o políticos?
Por Jaime Andrés Ospina Pinzón
Maestro de Humanidades - Lengua Castellana
Todo acto educativo es un acto político
Paulo Freire
Después de tantos años estudiando la ética, he llegado a la conclusión de que toda ella se resume en tres virtudes: coraje para vivir, generosidad para convivir, y prudencia para sobrevivir
Fernando Savater
Seguramente, muchas veces hemos escuchado la palabra ética y la palabra política. La primera puede sonar a una receta médica para portarse bien y la segunda nos hace torcer los ojos hacia atrás porque suena a corrupción y a injusticia.
Pero es importante no quedarse en el lugar común de las palabras porque estas encierran miles de años de reflexión y hasta de preocupaciones. Por ejemplo, si decimos papel higiénico y pensamos en sus usos, nos parecerá algo totalmente normal y cotidiano, pero solo hasta el año 1900 se convertiría en un artículo popular y de fácil acceso (imaginemos cómo hacían nuestros tatarabuelos para la higiene, qué fácil para nosotros y qué complejo para nuestros antepasados).
Lo mismo se debería aplicar a todo. Las palabras son complejas, profundas y encierran misterio, historia y experiencia. Por ejemplo, la ética. Esta palabra se relaciona con nuestra libertad. Como afirma Fernando Savater en su libro Ética para Amador, “no somos libres de elegir lo que nos pasa”. Si tomamos el caso del COVID-19, yo hubiera elegido que no llegara la pandemia a Colombia, pero no fue decisión mía no cerrar los aeropuertos a tiempo, no elegí esta situación tan extraña y preocupante y aun así tengo que vivirla. Pero sí somos libres de reaccionar frente a lo que nos pasa, de una u otra manera. Por tanto, pudiera elegir estar de fiesta en fiesta o irme a un pueblo de paseo, pero, elegí quedarme en casa (porque puedo hacerlo, muchas personas deben salir a buscar su sustento y no pueden permanecer en casa) para tratar de no infectarme ni que se infecte mi familia. Esa capacidad de elegir se llama libertad.
Ahora viene otro asunto importante ¿Cómo es la vida que quiero vivir? Pues la respuesta no la pienso dos veces: FELIZ, y no vamos a definir la felicidad porque escribiría muchos párrafos al respecto, pero digamos que para vivir en felicidad debo tratar de escoger bien, en otras palabras, mi libertad debe estar en función de mi felicidad. Miremos el típico ejemplo, si alguien elige las drogas seguro no será feliz y hará que las personas que ama sean infelices y tristes. Y si alguien escoge estudiar, seguro, en un futuro tendrá la capacidad de mejorar su calidad de vida. Por tanto, debemos aprender a vivir bien y como diría Fernando Savater a ese arte de vivir bien es a lo que llaman ética. La ética es la respuesta a la pregunta ¿Cómo me gobierno y me cuido a mí mismo?
Quisiera hablar ahora de política. Esta palabra también se relaciona con nuestra libertad y con la capacidad que tenemos de llegar a acuerdos. Si viviéramos solos en una isla no tendríamos que preocuparnos por nadie, pero como vivimos en sociedad debemos llegar a acuerdos para vivir bien. Las personas que gobiernan nuestro país cuando vieron que lo de la pandemia iba en serio impusieron una cuarentena o aislamiento preventivo. Pero ¿Por qué lo pudieron imponer? Porque los elegimos en las urnas cuando votamos en las pasadas elecciones y al elegirlos les otorgamos poder sobre nosotros. Este poder es una convención, es un acuerdo que hicimos los seres humanos para que alguien gobierne, o rija o mande sobre los demás. La condición para que nos gobierne es que lo elijamos en las urnas con nuestros votos. Pasa lo mismo con las leyes, elegimos personas que hagan leyes que rijan el destino legal de nuestra realidad. Por ejemplo, ¿Cómo hacer un contrato de trabajo, cómo hacer un contrato de vivienda, qué impuestos cobrar y a quién, y qué tal esta perla, cómo distribuir la riqueza del país en tiempos de pandemia? Por supuesto que no se distribuyó, así sí se hubiera podido haber hecho una buena cuarentena.
El problema radica en que los gobernantes (pienso en Colombia) administran los recursos y crean las leyes para beneficiar a un pequeño grupo de ciudadanos, no a todos y a todas como debería ser. Entonces la política también es una forma de llegar a la felicidad, porque si se hiciera bien los beneficiados seríamos muchos. Yo me pregunto ¿Por qué muchos de mis estudiantes del colegio no irán a la universidad? Pues porque no es gratuita y además, vale mucho un semestre. Entonces, vuelvo y me pregunto ¿Por qué en algunos países del mundo la universidad es gratuita y de calidad para quienes no puedan pagar un semestre y en Colombia no? Cuando te niegas a la posibilidad de participar en la política del país permites que quienes gobiernan solo gobiernen para ellos y no para todos. Entonces tenemos que, la política es la respuesta a la pregunta ¿Cómo gobierno a los demás y cómo permito que los demás me gobiernen, cómo nos cuidamos y nos ayudamos entre todos?
Para hacer un ejemplo más grande y complejo, quisiera aplicar mi reflexión sobre lo que es la ética y la política a nuestro gobierno escolar, específicamente a nuestro Consejo Académico. Lo hago con todo el respeto, pero lo hago porque tengo derecho.
Muchas veces me sorprenden decisiones y/o recomendaciones que van en contra de la lógica de las prioridades éticas y/o políticas. Por ejemplo, que nuestro Consejo Académico decida que solo se debe usar la plataforma Teams y solo con los correos que tienen el dominio @educacionbogota.edu.co para las asesorías con los estudiantes va en contra de lo que he hablado al principio de este párrafo.
Empezaré diciendo que estoy de acuerdo con el único argumento que sustenta esta decisión: la seguridad informática que provee Microsoft a la Secretaría de Educación de Bogotá (SED). Es cierto que trabajar en esta plataforma evita que personas inescrupulosas puedan ingresar a las reuniones a cometer todo tipo de actos ilegales e inmorales. Pero lo que no es cierto es que en otras plataformas no se pueda tener esa misma seguridad.
Ahora expondré los argumentos que se vislumbran entre la bruma de lo ético y lo político. Primero; después de tres meses de la entrega de los correos a los estudiantes, se nos pidió a los directores de curso indagar sobre el estado de la activación y del uso de los correos del dominio de la SED. Aproximadamente un 35% de los estudiantes están usando el correo; esto hace que me pregunte ¿en estos tres meses que quedan del año vamos a poder activar el 65% que no lo hizo en los meses anteriores? Además, el proceso de activación fue muy complejo (una contraseña con un punto al final que nos despistó a casi todos, un plazo muy corto en días para hacer la activación, un proceso de verificación igual de complejo que para la activación de una cuenta de banco).
Segundo; la seguridad jurídica que tanto nos preocupa a los docentes (y más si somos empleados públicos) se puede ganar con algo de capacitación. No quiero hacer publicidad a ninguna plataforma (Zoom, Google Meet, Skype, Teams) pero tengo conocimiento que en cualquiera se puede configurar la seguridad. Cuando se programa una reunión en las configuraciones se puede establecer que los participantes no puedan compartir pantalla, que no puedan activar el video ni el micrófono, y en el transcurso de la reunión se le va activando el micrófono al que pida la palabra; además, se le puede silenciar en cualquier momento. Por otra parte, las estadísticas de reuniones interceptadas por personas inescrupulosas no son tan altas en Colombia.
Tercero y lo más grave. Acaso no estamos en una pandemia, acaso no estamos preocupados por los estudiantes que no se han podido conectar, acaso no sabemos que muchos se conectan con un celular y con datos. No puedo creer que en un momento en donde debemos ser más democráticos, en que debemos abrir la puerta a todas las herramientas TIC, a todos los medios de comunicación y facilitar el contacto, el Consejo Académico presidido por el señor rector tome una decisión tan excluyente y poco democrática. O sea que ¿el estudiante que no pueda activar el correo no tendrá derecho a las asesorías? ¿Qué pasaría en este panorama con el derecho al acceso a la educación en igualdad de condiciones? y ¿Qué podría pasar en un contexto legal a un docente que niegue el acceso a un estudiante a una asesoría por no tener el correo institucional?
Y por favor, antes de tirarme unas cuantas críticas (que bienvenidas serán, así es la democracia) les cuento que mi correo institucional lo tengo activo hace cuatro años y es fabulosa la cantidad de ventajas y aplicaciones disponibles; y que como estrategia decidí hacer las asesorías asincrónicas, esto es, que los estudiantes puedan ver las clases en cualquier momento en Youtube y que en el tercer periodo usaré el WhatsApp porque estaré más tranquilo con mi conciencia (eso es una reflexión ética) al sentir que pueden preguntarme de forma más inmediata alguna duda. Y que muchos compañeros y compañeras trabajan aplicaciones y plataformas diversas que enriquecen la didáctica, la autonomía docente y el pensamiento crítico que promueve nuestro modelo pedagógico institucional. Seguro que debemos trabajar la plataforma Teams con nuestros estudiantes pero de una forma más democrática, sería terrible que cuando termine la pandemia no la volviéramos a usar.
Ese es uno de los más grandes problemas de la política, cuando creemos que hacemos lo mejor para todos, sin tener en cuenta las opiniones y las necesidades de todos, en particular de quienes pensamos desde otros puntos de vista. Bien lo dijo Estanislao Zuleta cuando afirmó “Quienes de esta manera tratan de someter la realidad al ideal, entran inevitablemente en una concepción paranoide de la verdad”
Ahora sí, finalizo. Estas son algunas respuestas a las preguntas ¿Cómo me gobierno y me cuido? Y ¿Cómo gobierno a los demás y cómo permito que los demás me gobiernen, o sea, cómo ayudo a los demás y cómo nos ayudamos? Con esto no quiero decir que tenga la razón o que todas y todos deban pensar como yo, con esto queda dicho que soy un ser ético, no porque haga todo bien, si no porque pienso en cómo gobernarme y cuidarme para mejorar. También, queda dicho que soy un ser político, porque desde mi lugar de la barrera puedo aportar otra visión del problema y de pronto, hacer caer en cuenta a los actores del gobierno escolar que hasta los presidentes se equivocan. Por supuesto, que este humilde servidor, escritor de estas lineas, se equivoca a menudo. Y si me preguntan qué es mejor si ser ¿ético o político?, les diré que es mejor ser ÉTICOS Y POLÍTICOS.
Los invito a que respondamos estas preguntas.
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